Por fin una tarde de parón con los compañeros de Salle Joven. Una tarde para relajarnos y para disfrutar y lo que es mejor aún, para ver de nuevo a esos amigos que tanto hacía que algunos no veíamos.
Nos reunimos en Palencia a las 5 y siguiendo las sabias instrucciones de Roberto nos esmeramos en dar el mejor de los masajes a nuestro compañero, con música de ambiente, camillas y todo preparado para la ocasión. A mitad de tarde tuvimos un pequeño descanso y después cambiamos los turnos, los que antes habían dado masaje hora lo recibían. Lo mejor de todo sin lugar a dudas, el buen ambiente y el cariño que incluso después de tanto tiempo siguen tan presentes.
Cecilia Díez
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